La mortalidad materna es un término utilizado para explicar el número de muertes causadas por complicaciones del embarazo y el parto. Esta cifra se redujo hasta 34% en escala mundial del año 2000 al año 2020.

Sin embargo, a partir de la pandemia por COVID-19, las defunciones se dispararon y por desgracia, el 95% de todas estas muertes maternas han recaído en países de ingresos bajos y medianos bajos, incluyendo América Latina.

¿Cuáles son las causas de la mortalidad materna en América Latina?

Específicamente en América Latina, la pandemia por COVID-19 provocó un retroceso de 20 años en los indicadores de mortalidad materna, donde ésta se incrementó en un 15% entre 2016 y 2020 luego de una reducción del 16,4% entre 1990 y 2015, de acuerdo a datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Y aunque las principales complicaciones de muerte materna aparecen durante el embarazo y en su mayoría, se puede prevenir o tratar, en América Latina y el Caribe 8.400 mujeres mueren cada año a causa de:

  • Hipertensión arterial en el embarazo
  • Hemorragias e infecciones
  • Complicaciones por aborto inseguro

Tan solo en 2022, el número de muertes maternas fue de 68 por cada 100.000 nacidos vivos en América Latina. Estas son cifras sumamente alarmantes, tomando en cuenta que para poder evitar la mortalidad materna no se necesitan más que cuidados de calidad, acceso a servicios de salud sexual y reproductiva y la reducción de desigualdades, es decir, acceso a atención médica digna para todas las mujeres y personas gestantes.

¿Cómo disminuir la mortalidad materna en América Latina?

Uno de los factores clave a tomar en cuenta para diminuir la mortalidad materna, es evitar los embarazos no planeados, por ello que la educación sexual, el acceso a anticonceptivos y, por supuesto, los servicios de aborto seguro como abortos médicos y clínicos sean un pilar imprescindible.

De igual manera, retomamos lo mencionado acerca del acceso a atención médica y cuidados de calidad antes y durante el embarazo, así como durante el parto y después de él, puesto que la mayoría de muertes maternas se pueden prevenir y evitar con ayuda de personal calificado y el tratamiento oportuno.

Actualmente, tanto la OPS como otras agencias de las Naciones Unidas están uniendo esfuerzos para acelerar la reducción de la mortalidad materna en América Latina y entre sus objetivos, destacan incrementar los servicios de salud materna accesibles, así como profesionales disponibles, entrenados, equipados y respetuosos de los derechos de las mujeres y personas gestantes que se encaminan hacia la maternidad.
Otro objetivo importante es reforzar la salud sexual y reproductiva a través del acceso universal a anticonceptivos para evitar embarazos no deseados desde un principio, así como también la lucha contra las desigualdades en el acceso a la salud, quienes terminan afectando a las más vulnerables.

La situación en América Latina es difícil pero con el trabajo necesario, se plantea que para el año 2030 alcancemos una razón de mortalidad materna de menos de 30 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos, es decir, reducir al menos a la mitad la cifra actual.